orden alfabético
-Mamá, quiero ser escritora- (9 años, una de mis quince vocaciones frustradas)- Carmen, no, que esos piensan mucho.
Tengo huelga de sentidos, están sin orden ni concierto y mantienen rumbos incalculables. Cuando subes a una buhardilla que has colocado por orden alfabético cien veces y emana un aliento de años apilados en estanterías, es inevitable desaparecerte en sueños. Y pensar. Esas páginas tienen la magia exacta de los mitos que nos sirven para vivir...
Allí
He deseado ser la criminóloga preferida de Henning Mankell, con Auster fui vagabunda y cineblancoynegroadicta, odié las casualidades y pasé más hambre que frío mirando la luna desde su palacio, he bajado a los infiernos de Dante, acariciado a Oscar (ese niño increcible que provoca el asco a cada golpe de tambor), he seducido a una pluma con el dos de corazones en la mano, he matado a Leónidas Trujillo, me han torturado, aberrado, violado y dado de comer la carne de mi propio hijo, he hablado por Max Estrella frente al callejón del gato, he pactado con el diablo, he ido a buscar a mi hermano tras desparramar mis uñas bajo mi tumba, me he follado a bocajarro a más de un asesino, y me he enamorado hasta la perdición de un soldado sin memoria.
Y si algo tienen en común todos mis amantes literarios, es que siempre pierden y pierden y pierden... -¿es que odio es más fácil de escribir que amor? - claro, Carmen, tiene también cuatro letras, pero sólo hay que saber tres, y yo a los cuatro aprendiendome el abecedario...
si hay que perder para ello, mi libreta es tuya, del camión de la basura y las llamas que la estrangulen. Yo hoy no tengo ganas de matar a los protagonistas de mis cuentos.
Comentarios
morir por vivir es más intenso que vivir por vivir
navegar errando por noches oscuras, amaneceres sucios y tardes de lluvia tiene un tacto áspero que le da caña a las suelas de nuestos zapatos
¿te pierden los perdedores? Claro. Sois artistas. Apestáis a melancolía
i
s
t
o
r
i
a
de un o j o