ELIPSIS
Me has limado los dedos con tu piel. Te has comido, a carcajadas, cada pedazo en blanco de mi cuaderno. Te has bebido mi ombligo y la tinta que quedaba. Reseca, pero tinta. Y no ha bastado. No ha bastado arrancarme los sueños a deseo. Torturar mis entrañas con tu tacto. Dislocar mis sentidos y mis horas. Ensayar una obra cada día. No has parado hasta robar cada metáfora. Hasta romper cada verso. Hasta que me he tragado el antídoto de la rima. Y me sentí angustiada. Me sentí obligada a tararear nanas a las musas. Pero es que yo no sabía. Yo pensaba. Y además yo pensaba que la literatura eran palabras. Y ahora te grito que no pares, te susurro que no pares, te acaricio que no pares, te observo que no pares. Y además te lo pido.